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lunes, 28 de noviembre de 2016

EL PERFIL DEL DIABLO. La sucesora espiritual de "Re-Animator" cumple 30 años.


EL PERFIL DEL DIABLO
Es el título oficial que le pusieron en México a la película que es mayormente conocida como Re-Sonator, aunque está basada en el relato titulado Del más allá, y que en EE.UU. literalmente se llamó
From Beyond

Stuart Gordon, 1986

La triada del director Stuart Gordon, el productor Brian Yuzna y el guionista Dennis Paoli había logrado su primer gran éxito al adaptar el relato del Amo del Horror Cósmico, H.P. Lovecraft, con muchas libertades en una película que se volvió el pilar de los algunos videoclubes: Herbert West,Re-Animador (1985). El equipo entonces comenzó a trabajar en su siguiente obra, una nueva y aún más retorcida adaptación de una historia de Lovecraft, pues como fans del ciclo de Edgar Allan Poe de Roger Corman, querían hacer por Lovecraft lo que Corman hizo por Poe. Yuzna se llevó la producción a Italia y Gordon filmaría dos películas simultáneamente: La adaptación de Del más allá, repitiendo a la mitad del reparto de Herbert West..., y el oscuro cuento de hadas Muñecos malditos (1987). Yuzna recurrió nuevamente a Empire Entertainment, para producir la película; pero la mala gestión de su director, Charles Band desembocó en que la producción se fuera al caño y marcó el fin de su relación laboral con Yuzna.
    Aun así, la película se concluyó y se distribuyó ‒con un número muy limitado de copias‒, y a mi gusto, aunque es mucho menos popular que su predecesora, a nivel dramático me parece muy superior. Qué lástima que el público de Re-Animator, que era a quienes estaba orientada, no se mostró tan entusiasta.


    La película narra la historia de Crawford Tillinghast (regresa Jeffrey Combs, esta vez en el papel del bueno... o algo así), asistente del Dr. Edward Pretorious (Ted Sorel en una obvia referencia a La novia de Frankenstein [Whale, 1935]) de la Universidad de Miskatonic, quien es acusado del asesinato de su jefe y recluido en una institución mental. Tillinghast es puesto bajo la custodia de una radical psiquiatra, la Dra. Katherine McMichaels (regresa la hermosa Barbara Crampton), y el exjugador de foot-ball Bubba Brownlee (Ken Foree, a quien seguro recuerdan de El amanecer de los muertos [Romero, 1978]) para que juntos esclarezcan el brutal homicidio de Pretorious. Al regresar al laboratorio, Tillinghast les muestra a sus guardianes el Resonador, una máquina creada por Pretorious que produce ondas sonoras en una frecuencia específica para estimular la glándula pineal, permitiendo a los usuarios percibir a seres de otras dimensiones. Así, los investigadores descubrirán que Pretorious podría no estar muerto, sino algo mucho peor...


    El perfil del Diablo es la sucesora espiritual de Herbert West, de eso no cabe duda; pero más allá de ser un premio de consolación por no haber hecho una Re-Animator 2 ‒ésa se hizo después ya sin la colaboración de Gordon‒, trata de ser una evolución de la misma. Mientras Re-Animator se nutrió de alrededor de seis relatos diferentes, El perfil... fue adaptada de un cuento de seis páginas, por lo que el resultado final le debe aún menos a la fuente literaria que su predecesora[1].


    Se trata también de una película mucho más oscura. Herbert West… tenía tonos caricaturescos más propios del Grand Guignol; en cambio, Del más allá ‒porque, francamente, a mí me gusta más llamarla así y Juan Antonio Molina Foix me respalda, jaja‒ se toma mucho más en serio. Bueno, quizá excepto por la escena de la muerte de Bubba, que parece sacada de los Looney Tunes ‒en realidad es parecida al tipo devorado por pirañas en la película italiana de caníbales Antropófagos (comidos vivos) (Lenzi, 1980)‒. Pero el resto es más retorcido, hipersexualizado y hasta más profundo.
    De hecho, el guión de esta película es mucho más rico y funciona en más niveles. En realidad, con el montón de cosas que pasan, es casi increíble que funcione tan bien como lo hace. El mismo Yuzna dice: “Tiendo a poner un montón de cosas en las películas […]. Sé que Stuart me ha dicho que en El perfil del Diablo teníamos un par de películas. Tiendo a sobrecargar estas cosas con ideas a veces”[2].


     Las actuaciones son bastante decentes y en este punto también me parece que la peli supera a su predecesora. Como lo mencioné arriba, en esta ocasión las actuaciones son más sutiles, y Crampton y Combs tienen muy buena química en pantalla. A esta dinámica se suma Foree, cuyo personaje es más mundano y cínico que los otros tres ‒finalmente, es el único que no es un científico‒, y ayuda a equilibrar la película. Por cierto que, aunque Gordon sabía que Foree había actuado en El amanecer de los muertos, lo escogió para el papel mediante casting.


    Y aun cuando en esta cinta la perversión aumenta, hay menos sangre que en Herbert West... Menos sangre y más babas, creo, jaja. Porque, a final de cuentas, la película se convierte en una especie de obra de horror corporal, muy al estilo de David Cronenberg. De hecho, se parece un poco a La mosca (Cronenberg, 1986), pero no tan bien hecha.
    Por otro lado, la peli sigue más o menos el esquema planteado por Re-Animator. Incluso, el color que se usará para identificarla será el rosa intenso, como en Herbert West… fuera el verde limón. Ah, esos títulos de color rosa neón sobre un fondo negro... Si alguien puede pensar en algo que grite más “los 80” que eso, por favor, dígame.


    Me gusta que desde el prólogo aparece el factor preternatural, porque si ya desde antes de los créditos iniciales salen las criaturas cariñosamente apodadas “lampreas del más allá” ¿Qué se puede esperar del resto de la peli? Pues lo que aparece: un montón de grotescas transformaciones corporales, trucos de cámara con actores y botargas, sabandijas carnívoras interdimensionales ‒bueno, en realidad algo dicen de que las lampreas del más allá cohabitan esta dimensión con nosotros, pero que no las percibimos ni ellas a nosotros porque nuestras moléculas vibran en diferentes frecuencias‒, efectos de maquillaje efectivos a pesar del bajo presupuesto, sanguijuelas gigantes y una explosión al final. Porque no hay nada que pueda mejorar una película mala tanto como una explosión, ¿cierto?
    Lo que sí está bastante chafón es la criatura con alas en la que termina convirtiéndose Pretorious, a la que trataron de darle vida a través de la animación Stop-Motion y la impresión óptica con resultados lamentables. Ni siquiera parece que el puppet de Stop-Motion y el de las escenas en Live-Action sean la misma cosa.


    Y, por supuesto, ¿qué sería de las películas de serie B de los 80 sin las escenas topless de Barbara Crampton? Ya en Re-Animator había mostrado sus encantos al público; pero en esta película deja una impresión indeleble con ese traje de dominatrix que, según Gordon, tuvo que mandarse a hacer a la medida de la actriz porque después de probarse un par de centenares en varias sex shops ninguno le ajustaba[3]. Y en palabras de la misma Crampton, la Dra. McMichaels es su personaje favorito de todos los que ha interpretado dirigida por Gordon[4].


  En conclusión, es una película superior a Re-Animator en muchos sentidos, particularmente los aspectos técnicos; pero en la que algo extrañamente no termina de cuajar. Con el cuento de Lovecraft casi sólo comparte el nombre, pero no por eso es mala. Para bien o para mal, nunca generó una secuela y, por alguna extraña razón que no puedo comprender, jamás se ha re-editado en formato 3D ¿Se imaginan las posibilidades que eso tendría?


    Finalmente, debo ser muy honesto y admitir que me costó mucho trabajo escribir este artículo. La cosa es que Del más allá no es una píldora fácil de tragar. Si te gustó Re-Animator, muy probablemente te guste esta película; pero también es muy posible que no, porque en el fondo son muy diferentes. Además, causa un sentimiento extraño que puede irse hacia la fascinación o hacia la franca repulsión. Se trata de una película que no es para todos y que en realidad es difícil de describir, hay que verla.

Guión
1
Dirección
1
Actuación
1
Fotografía
1
Música
1
TOTAL
5
        
     



[1] JAY, Dave, Empire Entertainment, publicado en HorrorHound No. 38, Noviembre/Diciembre de 2012.
[2] Yuzna, Brian, citado en WIATER, Stanley, Dark Visions: Conversations with the Masters of Horror Film, Avon Books, New York, 1992. P.215. La traducción es mía.
[3] Gordon, Stuart, citado en CRAMPTON, Barbara, Stuart Gordon: Gentleman of Splatter, publicado en Fangoria No. 317, Octubre de 2012. P. 38.

domingo, 20 de noviembre de 2016

HOWARD, EL SUPERHÉROE. A 30 años de su estreno, sigo tratando de descubrir qué es esta madre...


HOWARD, EL SUPERHÉROE
Howard The Duck

Willard Huyck, 1986

¿Cuál dirían ustedes que es la peor película adaptación de un cómic de Marvel? ¿Será Spider-Man 3 (Raimi, 2007) con su Peter Parker emo? ¿O será Los cuatro fantásticos (Story, 2004) con su guión sin sentido? ¿O es acaso X-Men orígenes: Wolverine (Hood, 2009)?... ¿Qué tal Howard, el superhéroe? ¿Y cuál dirían que es la peor película producida por George Lucas? ¡Star Wars Episodio II: El ataque de los clones (Lucas, 2002)! Dirán muchos… otros se inclinarán más por Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma (1999), algunos otros quizá recordarán que también produjo las dos películas de los ewoks e Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (Spielberg, 2008)  y su elección será obiva... Pero, ¿qué hay de Howard, el superhéroe?



    Muy ligeramente basada en los comics de Marvel, la película sigue la historia de Howard (Voz de Chip Zien), un cínico pato humanoide proveniente de un planeta donde todos son patos humanoides que fue traído a la Tierra por un fallido experimento con equipo de alta tecnología. Howard rescata a una rockera de poca monta llamada Beverly (Lea Thompson, a quien seguro recuedan como la precoz mamá de Marty McFly en la Trilogía de Volver al futuro [Zemeckis, 1985-1990]), quien lo lleva a vivir con ella. Pero un obsesivo científico, el Dr. Jenning (Jeffrey Jones a quien también seguro recuerdan como el papá de Lydia Deetz en Beetlejuice: el Superfantasma [Burton, 1988]), al intentar devolver a Howard a su planeta, es poseído por uno de los Señores Oscuros del espacio y ahora tratará de traer a sus congéneres para ayudarlo a apoderarse del planeta. Ahora, será la misión de Howard, Beverly y el atolondrado científico Phil Blumburtt (Tim Robbins… el pobre) detener a Jenning antes de que consiga su objetivo.


    Bien… ¿Por dónde empezar? Bueno, puedo decir que los efectos visuales son buenos. A cargo de Industrial Light & Magic, la compañía responsable por los efectos especiales de El regreso del Jedi (Marqueand, 1983), los rayos, lásers, explosiones, fueguitos, chispas y hasta algunos efectos con impresora óptica se ven geniales. La mayoría... porque las escenas en Stop-Motion que están sobrepuestas al Live-Action se ven bastante chafas ¡Y la pintura mate es horrenda! Digo, ya si uno nota que usaron pintura mate en las escenas es porque no está funcionando.
    Las actuaciones son horribles también, rayando en lo francamente insoportable. Tim Robbins, a quien generalmente considero un buen actor, da una sobreactuación súper botada en el papel del oligofrénico Philsie... Él ya tenía una carrera antes de esta peli, ¿por qué se dejó arrastrar? ¡El tipo estuvo en Top Gun: Pasión y gloria (Scott, 1986), por Cthulhu! ‒Que también es malita, pero al menos se deja ver‒. Lea Thompson está terrible. Si la adoramos en Volver al futuro, en esta cinta no podría actuar ni aunque su vida dependiera de ello y, francamente, a media película ya dan ganas de darle un golpe en la cara.


    Hay una regla con la cual no te metes en una película de superhéroes: El villano tiene que ser bueno. Todo lo demás en una peli basada en un cómic puede ser espantoso; pero al menos el villano debe ser bueno. Quizá no esté bien escrito, pero entonces buscas a un actor excelente para que lo interprete. Es por esa razón que Gene Hackman, Kevin Spacey y Jesse Eisenberg han sido Lex Luthor; Ian McKellen y Michael Fassbender fueron Magneto; Alfred Molina fue el Dr. Octopus, William Hurt trataba de capturar a Hulk y Jack Nicholson fue el primer Guasón... y por esa razón ‒bueno, entre muchas otras‒ fue que las tres películas de los 4 Fantásticos, Batman & Robin (Schumacher, 1997) y Escuadrón suicida (Ayer, 2016) fracasaron miserablemente. Y Jeffrey Jones es buen actor, pero no tanto como para salvar a su personaje cuando es poseído por un alienígena, y sus parlamentos se vuelven largos y aburridos monólogos sobreexplicativos... el maquillaje está decente.
    Pero, sin duda, uno de los más grandes fallos de esta película es el propio Howard. Seguro que es difícil articular las palabras cuando el personaje no tiene labios, pero... ¿de verdad era imposible hacer que el lipsync coincidiera? Y también hay escenas en las que se le notan las costuras a la botarga o en los primeros planos en los que usaron un puppet... se ve claramente que es un puppet. Y no sé, como que en general al personaje le falta carisma.


    Quizá el más grande fallo de la peli es que nunca logra definir a su público ni, por lo tanto, su tono. Hasta que la volví a ver ya de mayor fue que me di cuenta de que sólo había visto media película cuando niño y, lo peor, me di cuenta de que en realidad no me hacía falta. Y es que las dos mitades de la película parecen dos películas completamente diferentes.
    La primera mitad, por momentos, parodia el Film Noir y es mucho más cínica, y más adulta. Básicamente trata sobre Howard lidiando con el mundo de los humanos. Y, de hecho, quizá sea demasiado adulta. Digo... tan adulta que se vuelve perturbadora. La escena en la que un par de punks tratan de violar a Beverly está bien, es decir, es comprensible y le da chance a Howard de ser heróico, pero... ¿por qué Howard termina trabajando en un burdel? ¿Y por qué Beverly tiene esta atracción claramente sexual por él? Digo, hasta tienen una escena en la cama, con Lea Thompson y su falta de carne en provocadora lencería... que le causa una erección a Howard... ¿Qué rayos es esto? Y, por supuesto, una de las escenas más perturbadoras en la historia del cine: la escena de la pata topless. Así es. Una hembra de pato. Topless. Bañándose en una tina... ¿Por qué? ¿Por qué una pata tiene tetas? ¿Y por qué tenemos que verlas? ¿Quién fue el maniático sexual al que se le ocurrió esto? Y ésa es la escena infame, pero en realidad hay otra pata topless en la secuencia en la que Howard hojea su revista Playduck...


    Y ya que estamos en eso... cuando los policías arrestan a Howard, ¿abusan de él? 
    La segunda mitad tiene un tono mucho más ligero que, me imagino, es más alejado del tono de los cómics originales. De hecho, la introducción de la trama de la invasión alienígena se siente fuera de lugar, creo que sucede ya demasiado tarde en la cinta y su tono es mucho más infantil... por no decir infantiloide rayando en la oligofrenia. Por lo menos el Dark Overlord, que es una especie de cruza entre una langosta y un dinosaurio, se ve bien y tiene suficiente tiempo en pantalla. Bueno, el Stop-Motion está padre, aunque siendo honestos, el aspecto de la criatura es más cómico que aterrador.
    Al final de cuentas, creo que la única referencia directa que trata de recordarnos que esta película es la adaptación de un cómic de Marvel es un parlamento en el que Beverly dice: “I know you’re trapped in a world you never made…” (“Sé que estás atrapado en un mundo que tú no creaste…”) y eso es triste porque, en realidad, ésta fue la primera adaptación cinematográfica de un cómic de Marvel desde los seriales del Capitán América en la década de 1940, y fue la primera cinta de alto presupuesto ‒ en su momento, fue la película más costosa producida por George Lucas con un presupuesto de 37 millones de dólares, superando a El regreso del Jedi, que costó 32 millones‒ de un cómic de la Casa de Spider-Man.


    Lo que también es triste es que pudo no haber sido una mala película. Willard Huyck y Gloria Katz, guionistas de la cinta, originalmente la concibieron como una película de dibujos animados. Cuando Universal Pictures tuvo la oportunidad de comprar el proyecto de la cinta, que sería producida por Lucas, no lo dudaron... después de todo, ya antes habían rechazado Star Wars  (Lucas, 1977) y Cazadores del Arca Perdida (Spielberg, 1981), y no querían cometer el mismo error de nuevo. Pero sintieron que una película animada para adultos sería poco redituable, por lo que decidieron convertirla en un blockbuster veraniego para toda la familia ‒con escenas de patos erotizados‒, y anunciar con bombo y platillo que la había producido Lucas.
    El resultado se ve en pantalla.
    George Lucas es fanático de los cómics de Howard the Duck desde sus inicios a principios de los 70 y quería hacer una película basada en ellos desde la época de Locura de verano (Lucas, 1973). Cuando el éxito avasallador de la Trilogía Original de Star Wars le dio la oportunidad de, básicamente, hacer lo que se le pegara la gana en Hollywood, Lucas compró los derechos para Howard the Duck y levantó el proyecto en colaboración con sus guionistas de Locura de verano e Indiana Jones y el Templo de la Perdición (Spielberg, 1984), Gloria Katz y Willard Huyck. 



    Si uno usa un poco la imaginación, no es tan difícil darse cuenta de que la primera mitad de la cinta es el guión original para dibujos animados ‒inténtenlo y se imaginarán algo no muy diferente a algún segmento de Heavy Metal (Potterton y Halas, 1981)‒ y la segunda es el pegote que hizo Universal para convertirla en un melodrama familiar de acción/ciencia ficción/superhéroes. ¡Caray! La primera mitad funcionaría increíble como animación... ¡Hasta sería graciosa!
   Probablemente, Howard The Duck sea una de las peores películas que jamás se hayan producido; pero aún sigue siendo apta para consumo humano... con sus casi dos horas de duración. Es cansina, ridícula, y demasiado subida de tono para los niños, pero demasiado idiota para... quien sea. Ni siquiera se convirtió en una película de culto y no es de esas cintas que son tan malas que terminan siendo buenas, ésta es simplemente mala.


    Sin embargo, de todo este desastre pueden rescatarse dos cosas. La primera, la secuencia de la cacería del aeroplano en la que los stunts son muy buenos... y, por desgracia, dura demasiado. Y la segunda, las canciones rock/pop compuestas para el soundtrack por el músico británico Thomas Dolby, a quien quizá recuerden por su propuesta New Wave-Synthpop como solista y su éxito de 1982 She Blinded Me with Science. Dolby también fue el encargado de montar los números musicales en los que se tocaban sus canciones. Y, por cierto, Lea Thompson aprendió a tocar la guitarra y a cantar para los números musicales.
    Al menos Howard fue reivindicado en la pantalla grande a través de su cameo en la escena post-créditos de Guardianes de la galaxia (Gunn, 1914), lo que desató el rumor de un reboot por parte de Marvel Studios. Sin embargo, Seth Green, quien hiciera la voz de Howard en Guardianes... ha desmentido los rumores y declaró que se trató simplemente de un chascarrillo por parte de la producción.


    Y después de que la viéramos queriendo echarse a su propio hijo en Volver al futuro y luego queriendo echarse a un pato extraterrestre en Howard…, uno empieza a pensar cosas chistosas sobre Lea Thompson…
   
PARA LA TRIVIA: Originalmente, George Lucas quería que Howard fuera el primer personaje completamente generado por computadora en la pantalla grande; pero la tecnología aún no estaba lo suficientemente avanzada para lograrlo. Decepcionado y en necesidad de re-capitalizar Lucasfilm, Ltd. después de que el merchandising de El regreso del Jedi pasara de moda y el fracaso en taquilla de Howard… negara la posibilidad de futuras regalías, Lucas decidió venderle Graphix Group, la división de Lucasfilm dedicada a los gráficos computarizados, a Steve Jobs, quien acababa de salir de Apple. Tras ser adquirida por Jobs, Graphix Group se convirtió en Pixar Studios.   

Guión
0
Dirección
0
Actuación
0
Fotografía
1
Música
1
TOTAL
2

sábado, 12 de noviembre de 2016

DOCTOR STRANGE: HECHICERO SUPREMO. Lo mismo que "Ant-Man", pero con magia.


DOCTOR STRANGE: HECHICERO SUPREMO
Doctor Strange

Scott Derrickson, 2016

Tres veces maulló el gato atigrado, tres veces y una más rugió el puerco espín, la harpía ha gritado “¡Ya es hora! ¡Ya es hora!” En torno al caldero dad vueltas y vueltas, y en él arrojad víscera infecta. Que hiervan primero los diálogos de Dr. House (2004-2012) que cría y suda veneno por treinta y un días yaciendo dormido debajo de rocas: que sea cocido en la mágica olla… Dobla, dobla la zozobra; arde, fuego; hierve, olla. Rodaja de Matrix (Hnos. Wachowski, 1999) que vive en la ciénaga, aquí, en el puchero, que hierva y se cueza, con dedo de rana y los efectos especiales de El origen (Nolan, 2010), y lengua de víbora y diente de lución, lana de murciélago y actores buenos en papeles malos, pata de lagarto y ala de mochuelo.


    Y, básicamente, ésa es la receta para crear el menjunje que es esta película... Antes de que lo mencionen, sí sé que un hechicero es diferente de una bruja, es pura guasa cortesía de Willy Shakes.


    Esta cinta cuenta la historia de Stephen Strange (Benedict Cumberbatch, a quien por supuesto recordamos como Sherlock Holmes en la serie británica Sherlock (2010), un exitoso médico neurocirujano, quien sufre un terrible accidente automovilístico que le deja las manos destrozadas. Después de un largo y poco fructífero periodo de recuperación, Strange se encuentra devastado física, espiritual y económicamente. Por ello, decide emprender un viaje al misterioso monasterio de Kamar-Taj, en el Tíbet, en el cual aprenderá artes ocultas del espíritu con suma rapidez. Tanta, que al Ancestral (la andrógima Tilda Swinton), líder del monasterio, temerá que el Doctor siga los pasos de Kaecilius (Mads Mikkelsen, ese actor danés del labio extraño que interpretara a Hannibal Lecter en la infausta serie de TV Hannibal [2013-2015]), un brillante discípulo renegado que ha formado su propio culto. A su vez, Kaecilius pretende destruir los santuarios de los Hechiceros Supremos alrededor del planeta para obtener la inmortalidad a cambio de entregar nuestro mundo al Señor del Mundo Oscuro. ¿Podrá el doctor Strange detenerlo o el Ancestral tendrá razón en sus predicciones?


    Debo decir que esta película no está nada mal... Tampoco está bien. Digo, para ser muy honesto, me pareció completamente anodina. Me refiero a que la trama es la misma que la de cualquier película de superhéroes estándar y nadie se quebró la cabeza para escribir el argumento, que por momentos me parece prácticamente idéntico al de Ant-Man: El hombre hormiga (Reed, 2015). Incluso el tono es similar, aunque menos cómico… o será que Cumberbatch tiene menos gracia. No, no, el tipo está increíble como Holmes, debe ser que la fórmula ya se siente gastada.


    La película está bien actuada. Nada para morirse, digo, pero los actores son creíbles en sus personajes. Y, en la tradición inaugurada por James Bond y perpetuada por prácticamente cada película se superhéroes que se ha hecho, en los papeles secundarios o “de soporte” ‒que por eso se llaman así, porque sirven de soporte a la actuación del protagónico... aunque Cumberbatch no lo necesita‒ tenemos a actores ya consagrados. Como el Ancestral, un personaje que parece haber descubierto el equilibrio entre las fuerzas de la Luz y la Oscuridad y que apunta para algo interesante que no vemos en esta película, Tilda Swinton y, como el villano, que de repente tampoco parece tan malo, Mikelsen. Las actuaciones de ambos son cumplidoras y nada más, y más bien el que sobresale en su rol es Cumberbatch, lo que me parece muy bien.


    Eso sí, el maquillaje de Kaecilius está increíble, lástima del diseño en general del personaje que no me parece particularmente afortunado... de hecho, tanto el Ancestral como Kaecilius se ven algo chafas. El Acestral de plano parece un cosplayer de Aang. ¿Y qué onda con sus libros antiguos? ¡Se ve que son de utilería, no pesan nada!
    Aunque... pensándolo bien... sí hay que ser un gran actor para hacer sonar creíbles y con naturalidad los largos parlamentos explicativos sobre las teorías del New Age, que en realidad son bastante superficiales y que son lo básico que uno podría aprender leyendo a Eliphas Levi... o poniéndole atención a las letras de las canciones de Enigma. Al final del día, estos diálogos se sienten rebuscados y poco coherentes, y si se vuelven soportables en pantalla es por las habilidades histriónicas de los actores que los hacen medio funcionar. Así que me corrijo, la peli está bien actuada.


    La producción en general está bien y las secuencias filmadas en locación en el verdadero Katmandú se agradecen. Los vestuarios sí quedan un poco a deber y más los efectos especiales. Los efectos visuales se ven bien en las secuencias de peleas, la creación del Mundo Astral me pareció ingeniosa y la escena del viaje astral es digna de un video de Jefferson Airplane; pero algunas de las secuencias con escenarios virtuales, principalmente las del Mundo Oscuro, son francamente terribles.


    Y mi comentario del primer párrafo se refiere al principal defecto de esta película: Mientras uno la ve, no puede dejar de pensar en otro montón de películas de las que toma elementos. Las secuencias en las que los discípulos de Kaecilius manipulan la realidad son muy parecidas a esas famosas escenas de El origen en las que el plano onírico se desmoronaba, las batallas que parecen desafiar la gravedad recuerdan mucho a Matrix y Matrix recargado (Hnos. Wachowski, 2003)... excepto las de los “cosplayers”, que ésas me recuerdan a Animatrix (Varios, 2003) y un par más a pinturas de M.C. Escher. Y las escenas que pretenden ser intensas emocionalmente están prácticamente calcadas de episodios de Dr. Gregory House: Diagnóstico médico (que es como se llama la serie oficialmente en México… ¡Puaj!), hasta los diálogos son casi los mismos.


    Así pues, Doctor Strange es una película mediana por donde se la vea. No es mala en absoluto; pero tampoco es algo imprescindible. Básicamente, uno puede no verla y no pasa nada, no se pierde de gran cosa... ¡Hombre! Hasta el ya tradicional Epílogo Marvel es poco interesante. Cumple con el objetivo de entretener y hasta se ríe uno de repente, pero ahí no hay nada más.



PARA LA TRIVIA: Stan Lee y Steve Ditko, co-creadores del doctor Strange, basaron su apariencia, como resulta evidente, en el actor Vincent Price, particularmente en su interpretación del hechicero Erasmus Craven en la clásica película El cuervo (Corman, 1963). De hecho, el segundo nombre del Dr. Strange es “Vincent”.  

  
Guión
0
Dirección
1
Actuación
2
Fotografía
1
Música
1
TOTAL
5