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martes, 24 de enero de 2017

RESIDENT EVIL: EL HUÉSPED MALDITO. La saga de Resident Evil, primera parte.


LA SAGA DE RESIDENT EVIL
Fue en 1993 cuando la humanidad sufrió uno de los más grandes atentados en su contra: La película de Super Mario Bros. (Jankel y Morton) Fue estrenada. Desde entonces, las grandes casas productoras han tratado de adaptar las franquicias del entretenimiento electrónico a la pantalla grande, con resultados generalmente abominables como las películas de Street Fighter: la batalla final (De Souza, 1994) o Mortal Kombat (mhhh... también de Paul W.S.Anderson…, 1993). De hecho, creo que de todas las adaptaciones fílmicas en Live-Action de videojuegos famosos, las únicas más o menos aptas para consumo humano han sido Doom: La puerta al Infierno (Bartkowiak, 2005) y Terror en Silent Hill (Gans, 2006). ¿Resident Evil fue la excepción que confirma la regla? No, es terrible; pero al menos fue la primera franquicia de películas basadas en videojuegos que llegó a la trilogía y le ha dado de comer a Paul W.S. Anderson y su esposa, Milla Jovovich, durante alrededor de quince años.
    Ahora que se aproxima el estreno del ‒esperemos que así sea‒ último episodio de la saga, me pareció apropiado hacer una revisión de las películas que la conforman. Cabe aclarar que en esta serie de artículos hablaré únicamente de las películas Live-Action de Resident Evil, las pelis en CGI, que son infinitamente superiores a sus contrapartes con actores de carne y hueso a pesar de tampoco ser tan buenas, tendrán que quedar para mejor ocasión.

RESIDENT EVIL: EL HUÉSPED MALDITO
Resident Evil, Paul W. S. Anderson, 2002.

La primera película de la saga fue una sorpresa para todos. Agradable o no, no estoy seguro; pero sin duda fue una sorpresa que la cinta se tomara tantas libertades y apenas de refilón retomara elementos del videojuego. Digo, para empezar, se trata de una película de acción, cuando la fuente en la que se inspiró es un videojuego de survival horror. Aunque, pensándolo bien, hay muchas cosas en esta película que dan terror...
    La trama de la cinta narra cómo, debido a un saboteador desconocido, el complejo de laboratorios de la empresa farmacéutica Umbrella Corporation conocido como The Hive es infectado con el Virus T. Éste es un arma biológica que reanima a los muertos, convirtiéndolos en zombies antropófagos. Para contener la infección, un equipo de mercenarios es enviado al sitio. El equipo rescata a Alice (Milla Jovovich en el papel gracias al cual se podrá jubilar), una agente de Umbrella con amnesia y un pasado truculento, y capturan a Matt, un presunto saboteador ambientalista que eligió un pésimo día para empezar a trabajar. Además de los zombies y otros monstruos mutantes, los miembros del escuadrón deberán enfrentarse a la Reina Roja (Michaela Dicker), la computadora maestra de The Hive y sus extremas medidas para contener la infección del Virus T.


     Hay que ser justos. La peli sí manda muchos guiños hacia los videojuegos que la inspiraron, como la mansión que sivre de entrada a The Hive, en la que hay tomas y elementos parecidos a los del juego, y que uno de sus habitantes se llame Spence ‒lo que supongo que es una referencia a la Masión Spencer del primer juego‒, el intro de la cinta es muy similar al del videjuego, el tren subterráneo que conecta la Mansión con The Hive es retomado del videojuego Resident Evil 2 (Capcom, 1998), la aparición de los perros zombies ‒que si uno pone atención, se dará cuenta que en los primeros planos ni se mueven, o sea que sólo filmaron esculturas‒, la mención del Proyecto Némesis del videojuego Resident Evil 3: Nemesis (Capcom, 1999), o la aparición hacia el final de la cinta de un periódico en cuya primera plana se puede leer el encabezado “The Dead Walk!”, referencia al intro de RE3 que, a su vez, es una referencia a la cinta El día de los muertos vivientes (Romero, 1985).


    Con todo, la cinta termina siendo “levemente inspirada en” en vez de una “adaptación de”... como El Hobbit (2012), versión Peter Jackson. Quizá lo que más me molesta al respecto es el hecho de que no sólo no aparecen más cosas de los videojuegos; sino que las sustituyen por cosas “similares”. Como la Reina Roja y su increíble parecido con el personaje de Sherry Birkin, o el parecido de Alice con Jill Valentine, o el parecido del comando especial con los S.T.A.R.S.


    Sea como fuere, el elemento que sí está retomado directamente del videojuego es el monstruo conocido como Licker, que apareciera por primera vez en nuestras consolas en RE2... aunque en la cinta, su origen es distinto al del juego. Y, como Licker, realmente aparece poco en pantalla, pues casi luego luego muta en una especie Súper Licker, que parece más un Sabueso del Infierno que un mutante. ¡Qué lástima que se vea tan chafa! Uno podría decir que es culpa del CGI que ha envejecido, pero yo recuerdo que desde su época se veía mal. Su muerte, por cierto, es tan ridícula que da pena ajena.
    Hablando de lo cual, los zombies, que ya de por sí se ven poco convincentes, llevan en muchos casos maquillaje digital... que se ve de lo más pitero... aunque quizá no tan pitero como el hecho de que se note que ni una sola de las jeringas que usan en toda la peli tiene punta en la aguja.


    La narrativa de la película es muy extraña. En algunas escenas el ritmo es innecesariamente lento y en otras, innecesariamente rápido. A final de cuentas, todo el montaje se siente atropellado. Pero lo que más me llamó la atención fue que este último visionado de la cinta me despertó la duda: ¿Esta película se aburre a sí misma? Es muy extraño que tengan escenas largas, lentas y sobreexplicativas que son interrumpidas de golpe por frenéticas escenas de acción... que a su vez son interrumpidas en seco por tomas de establecimiento que no venían mucho al caso. Y, por cierto, al primer zombie que vemos en acción, lo sacan hasta el minuto 38 de la película.


    Uno de los ejes sobre los que se mueve el guión es el misterio de quién fue el saboteador que ocasionó el desastre en The Hive. Por desgracia, el suspenso está tan mal manejado y los personajes son tan increíblemente pobres ‒por no mencionar que todos son iguales y a mí siempre me ha costado diferenciar a Matt ( Eric Mabius) de Spence (James Purefoy)‒ que para el momento en que se revela la verdad, en realidad a nadie le importa.


    Las actuaciones son pésimas. De verdad, de todos los que aparecen en pantalla no se hace uno solo. Entre la Jovovich y su cara de eterno malestar estomacal y Michelle “frunzoelceñoyparolatrompaporquesoyruda” Rodríguez, quien trata de imitar a toda costa a Jenette Goldstein en Aliens: el regreso (Cameron, 1986) fracasando miserablemente, y el montón de personajes anodinos a su alrededor, no hay a cuál irle. Creo que la que mejor actúa es Dicker, quien interpreta a la Reina Roja con un inexplicable acento británico y a quien por momentos se nota que le costaba trabajo leer los complicados parlamentos de su personaje. Por cierto, que todos, y quiero decir absolutamente todos, los clichés de películas de “comando tras las líneas enemigas” están aquí.


    La fotografía está bien, es más o menos propositiva, y es interesante la utilización de colores saturados y planos detalle como parte de la narrativa. ¡Ah! Y, por supuesto, la peli está llena de los modelos 3D computarizados que tanto le gustan a su director, y que tan chafas se veían en Mortal Kombat y tan fuera de lugar lucían en Alien vs Depredador (2004). ¿Y es mi imaginación o muchas tomas se parecen a las de Alien: la resurrección (Jeunet, 1997)?


    A final de cuentas, Resident Evil: el huésped maldito resulta en una experiencia más que decepcionante para los fanáticos de los videojuegos originales, y en una mala película en general. Sin embargo, no puede negarse que su legado fue sólido, pues llevó el concepto al mainstream ‒para mal, según opinión de su servidor‒ e incluso algunos de los elementos planteados por la película fueron posteriormente trasladados a los juegos, como el pasillo con trampas láser ‒si los cortan con láser ¿por qué sangran?‒ o los súper Lickers... también creo que es el principal responsable de que los videojuegos dejaran el Survival Horror y se convirtieran en shooters a la Gears of War (Microsoft, 2006). Pero hay que reconocer que es la única franquicia cinematográfica basada en un videojuego ‒en Live Action, aclaro‒  que ha tenido más de dos películas.
    Al menos el epílogo de la cinta promete que la secuela mejorará... y al menos hay una toma topless de ladito de Milla Jovovich casi al inicio de la película si uno pone atención.



PARA LA TRIVIA: La escena de los perros fue la más difícil de filmar. En parte porque Jovovich tuvo que entrenar durante meses para poder ejecutar los stunts que la secuencia requería y en parte porque los perros se comían el maquillaje que el equipo de efectos especiales les puso, hecho a base de carne molida...
PARA LA TRIVIA GEEK: George A. Romero dirigió un comercial para el lanzamiento del segundo videojuego de la saga que se transmitió en la TV japonesa. Impresionada con el resultado, Capcom se acercó al Rey de los Zombies para pedirle que escribiera y dirigiera la película de Resident Evil, oferta que él rechazó. Poco tiempo después, Romero cambió de opinión y envió a Capcom una propuesta de guión para la película, misma que fue rechazada por mala.


Guión
0
Dirección
1
Actuación
0
Fotografía
1
Música
1
TOTAL
3


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