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domingo, 29 de enero de 2017

RESIDENT EVIL 3: LA EXTINCIÓN. La Saga de Resident Evil, tercera parte.


RESIDENT EVIL 3: LA EXTINCIÓN
Resident Evil: Extinction, Russell Mulcahy, 2007.

Creo que el título de esta película debió ser ¿Y dónde está Jill Valentine? Quiero decir que, después de que parecía que en la segunda cinta se había compuesto la franquicia, uno esperaría que se siguieran adaptando la historia de los videojuegos; pero no. En vez de eso, prefirieron reciclar la trama de Mad Max II: el guerrero de la carretera (Miller, 1981), añadirle elementos de western y arrojar zombies a la mezcla con un soundtrack sospechosamente parecido al de El exterminador (Cameron, 1984). Es como con Alien 3 (Fincher, 1992), que luego de la segunda parte uno esperaba que se pusiera buenísima... y resultó que no tenía nada que ver. Por lo menos, ésta no es tan mala como la primera.



    La historia sucede cinco años después de los eventos ocurridos en la peli anterior. La infección del Virus T se propagó por todo el planeta llevando a la raza humana al borde de la extinción y convirtiendo ‒de manera verdaderamente inexplicable‒ la Tierra en un gigantesco desierto. Los sobrevivientes han formado pequeños grupos buscando protección en los números. Uno de estos grupos es la caravana liderada por Claire Redfield (Ali Larter en uno de los castings más inadecuados de la historia). En su recorrido en busca de provisiones, la caravana se topará con Alice (Milla Jovovich), quien continúa desarrollando sus poderes psíquicos y podría ser una aliada invaluable... o una gran amenaza. Evidencias de un lugar libre de infección llegan a la caravana; pero para poder llegar allá deberán enfrentarse a hordas de zombies y al malvado Dr. Isaacs (regresa Iain Glen, porque alguien tenía que actuar en esta madre), quien ha estado muy trabajoso insubordinándose en un laboratorio subterráneo de Umbrella.


    Ésta fue la última película apta para consumo humano de la saga. Luego de ella, todo es despropósito ‒bueno, más‒. Regresan los personajes de Carlos Olivera (Oded Fehr) y L.J. (Mike Epps) y se une al elenco una que dicen que es Claire Redfield y Spencer Locke en el papel de “K-Mart”. Esto también se volverá un sello de la franquicia: la aparición anodina de personajes que supuestamente son los de los videojuegos, pero que en realidad no tienen nada que ver... digo, en el videojuego se supone que Claire tiene 19 años y cuando Larter la encarnó ya pasaba los 30. Del mismo modo, en esta cinta aparece Albert Wesker (Jason O’Mara), como director de la Corporación Umbrella ‒Por cierto que su cabello teñido de rubio súper falso es una referencia a los infames videos del primer videojuego de la saga‒.


    En el guión original para esta película, Claire se dirigía a Alaska en busca de su hermano Chris y aparecería el personaje de Leon S. Kennedy; pero ambas ideas fueron rechazadas por la producción. También se suponía que Sienna Guillory regresaría como Jill Valentine; pero la filmación se empalmaba con la de Eragon (Fangmeier, 2006), por lo que le fue imposible y su personaje fue sacado de esta secuela. También el personaje de Cindy Lennox, del videojuego Resident Evil: Outbreak (Capcom, 2003) se suponía que aparecería en el filme; pero fue dejado fuera.
    También está medio chafón eso de que saquen personajes nada más para que se mueran. Especialmente porque a uno como espectador le importa un bledo... quizá si los personajes estuvieran bien planteados o por lo menos bien escritos, a uno le importaría cuando se mueren.


    Más arriba dije que esta película prácticamente reciclaba el argumento de la segunda cinta de Mad Max; pero fui injusto. También retoma muchísimo de la tercera entrada en la saga de los muertos vivientes de George A. Romero, El día de los muertos vivientes (1985). Al igual que en la cinta del Rey de los Zombies, la civilización se ha colapsado y la humanidad volvió a la barbarie; al igual que en la peli de Romero, hay un grupo de sobrevivientes ocultándose en un laboratorio bajo tierra y, al igual que en El día..., hay un científico intentando domesticar a los zombies. Hasta el muerto viviente que es “rehabilitado” por el Dr. Isaacs se parece a Bub (Sherman Howard), el zombie que está siendo condicionado en la cinta de Romero. Es más, la escena en la que el zombie toma el teléfono celular es una clara refrencia a El día…


    En esta película vuelven los perros ‒Me pregunto por qué todos los perros zombies son de la misma raza... ¿Predisposición genética o hueco argumental?‒ y a la lista de animales mutantes se suman los cuervos, que aparecieran desde el primer videojuego de la serie. La escena en la que atacan a la caravana está bastante decente y, por supuesto, incluye un homenaje a Los pájaros (Hitchcock, 1963).


    Aparece también el que fuera el jefe final del primer videojuego, el mutante conocido como Tyrant (Brian Steele)... o bueno, más o menos. La cosa es que, por su diseño es más parecido al Tyrant; pero en la forma como es creado, es más cercano al mutante creado por la infección del Virus G en el Dr. William Birkin del juego Resident Evil 2 (Capcom, 1998). En general se ve bien, aunque su tiempo en pantalla es bastante reducido. Lo que es irónico es que en la segunda película no quisieron que Nemesis atacara con sus tentáculos como lo hacía en el juego porque nunca lograron que se vieran bien; pero en esta cinta el Tyrant tiene tentáculos... ¡Y se ven terribles!
    Todo el CGI de la película es bastante malo ‒las cenizas que caen del cielo después de que Alice incinera a los cuervos son hilarantes‒; pero los efectos físicos están decentes. Los zombies finalmente se ven... pues como zombies y Tyrant se logró casi en su totalidad a través del maquillaje, lo que se agradece.


    Lo que también es muy interesante sobre esta película es la forma tan formularia en la que está hecha, quizá por ello funciona bien. Me refiero a que sigue, casi punto por punto, las reglas de las terceras partes ‒según Scream 3: la máscara de la muerte (Craven, 2000)‒: se retoman elementos de la primera parte, un personaje del pasado regresa para revelar información, cualquiera de los personajes puede morir incluido el protagonista, etc.
    También es muy peculiar el que la primera trilogía de Resident Evil sigue exactamente la misma secuencia que la Trilogía de los Muertos Vivientes de Romero. En la primera cinta, los personajes se encuentran atrapados en un ambiente aislado en el que tienen un primer contacto con la infección; en la segunda parte, el mal se ha esparcido hacia las grandes ciudades y la civilización ha comenzado a desmoronarse. Finalmente, en la tercera parte, la humanidad ha sucumbido y ha pasado de ser la especie dominante en el planeta a luchar contra la extinción.


    Las actuaciones siguen siendo malas excepto por Glen, el guión está más lleno de agujeros que los calzones viejos que acabo de tirar esta semana ‒¿L.J. y Carlos no eran inmunes al virus? ¿Por qué no lo eran? ¿De dónde salió el romance entre Carlos y Alice? ¿De dónde salió Claire Redfield? Y una larga lista de etcéteras‒ y en general, la película sólo sirve para pasar el rato… al menos. La fotografía está bien y el soundtrack se va a lo seguro incluyendo canciones populares de los 60 en versiones originales y en covers.
    Así pues, Resident Evil 3: La extinción es una película bastante mediana. Supera a la primera; pero no le llega a la segunda, aun cuando la segunda no es ningún portento. Uno esperaría que en esta cinta se cerraran todas las líneas argumentales; pero en vez de eso, deciden matar a varios personajes importantes e iniciar una nueva línea argumental que, si bien parecía inverosímil, prometía si estaba bien realizada. Al menos tiene la ya tradicional escena topless de Jovovich.




PARA LA TRIVIA: Milla Jovovich diseñó su propio vestuario para esta cinta a través de su firma, Jovovich-Hawk.

Guión
0
Dirección
1
Actuación
1
Fotografía
1
Música
1
TOTAL
4

      

    

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