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jueves, 7 de febrero de 2013

VIRUS

VIRUS
Virus

John Bruno, 1998

Basada en una serie de cómics publicada por la editorial Dark Horse, esta cinta gozó de un reparto multiestelar que incluía a la scream queen Jamie Lee Curtis, Donald Sutherland (quienes a pesar de ser buenos actores han hecho muy pocas buenas películas) y Billy Baldwin. Sin embargo, poco pudo hacer el reparto para aumentar el interés en este proyecto que en Estados Unidos tuvo un recibimiento muy tibio en taquilla y en México, donde se estrenó hasta un año y medio después, su corrida por las salas de cine fue más bien gélida. El merchandising de esta cinta incluyó una adaptación en cómic (sí, un cómic basado en la película basada en el cómic…), una línea de figuras de acción de muy poco éxito y un videojuego mediocre para la consola PlayStation (PSX).
    Un barco científico ruso que funciona como torre de control para la (hoy extinta) estación espacial MIR recibe una extraña señal del espacio exterior y pierde toda comunicación con el resto del mundo. Una semana después un pequeño barco remolcador, el Sea Star, tras haber perdido su cargamento en medio de un huracán, se encuentra con el navío ruso abandonado en el ojo de la tormenta. Movidos por la ambición, los tripulantes del Sea Star abordan el barco fantasma, sólo para descubrir que una forma de vida inteligente venida del espacio exterior ha convertido a toda la tripulación en un ejército de zombies/cyborgs asesinos (vaya, ahora que lo leo sí suena bastante mal…).

    Recuerdo que la semana de estreno de esta película justo coincidió con mi cumpleaños, así que mi madre me invitó a comer y luego al cine. Las opciones más llamativas eran esta película y otra con Mira Srovino y Val Kilmer. Preferí ver la segunda. Y nunca me arrepentí de la decisión, pero la curiosidad sobre Virus me estuvo picando durante más de diez años; particularmente porque, por alguna razón, el DVD de esta película es increíblemente difícil de conseguir. Ahora que por fin pude verla, tras haber encontrado el DVD (nuevo y empacado) en un botadero de descuentos de una tienda de discos usados en San Diego, me alegro de haber escogido la peliculita rosa con Sorvino y Kilmer.
    En general, toda esta cinta es como una especie de cruza entre Aliens: El regreso (Cameron, 1986) y el remake de Barco fantasma (Beck, 1992). Aunque no por eso deja de ser entretenida… siempre y cuando uno no se ponga quisquilloso con el guión lleno de agujeros, las actuaciones apenas decentes, los efectos especiales si acaso cumplidores y el guión ramplón con todos los clichés del melodrama de acción.
    Los personajes están apenas delineados y más que nada son bocetos de personajes simples con los que actores de demostrada calidad como Curtis y Sutherland apenas si pueden trabajar. También hay entre la tripulación un montón de personajes sacrificables que, para darle diversidad étnica al asunto cual comercial de las muñecas Barbie, incluye a un supuesto cubano, a un supuesto indígena maorí y a una supuesta científica rusa. Por momentos las actuaciones de los cyborgs son mejores que las de sus contrapartes humanas.

    Y a ese respecto, debo decir que los animatrónicos utilizados en esta cinta son algo decepcionantes. Es decir, son robots que deben verse como robots, así que por ese lado no hay mucho pierde, pero en realidad se ven bastante limitados en sus acciones, como si en realidad los productores no hubieran tenido el presupuesto suficiente para el departamento de efectos especiales. También creo que, aunque el diseño de todos los biomecanoides es interesante, pudo haber sido mucho más elaborado… o quizá lo era y la escasa iluminación no permite apreciarlo en toda su gloria.
    La música corre a cargo de Joel McNeely, quien se había desempeñado más como compositor de temas musicales para programas de televisión como Pato Darkwing (1991) y Las aventuras de los Tiny Toons(1990) y para videojuegos como el clásico Star Wars: Shadows of the Empire (1996). Para esta película, la partitura de McNeely bebe principalmente de dos fuentes y, de hecho, por momentos las frases musicales que emplea son exactamente las mismas que en el soundtrack compuesto por James Horner para Aliens: El regreso y el compuesto por Christopher Young para Las mosca II (Walas, 1989).
    Por otro lado, se nota a leguas que el guión fue escrito por el mismo autor de los cómics; quiero decir, que lo único más inverosímil en esta película que las situaciones y las formas en las que Baldwin logra salir ileso de las más aparatosas demoliciones, por no decir bien peinado, son los diálogos. ¿Quién rayos habla así? Cuando uno lee esos parlamentos dentro de las páginas de un cómic quizá no se vean tan mal, pero de eso a poner a actores de carne y hueso a interpretarlos creo que hay una gran diferencia.

    En realidad, conforme la película va avanzando, uno no puede evitar sentir cada vez más y más que está viendo una mala copia de Aliens: El regreso… Pero esperen, esta cinta fue producida por Gale Anne Hurd ¡la exesposa de James Cameron que produjo Aliens: El regreso! ¡Rayos! ¿No es triste cuando la gente tarta de piratearse a sí misma y no lo consigue?
    En fin, en realidad si uno no tiene nada mejor qué hacer, esta película no es mala opción. No es una mala opción como película dominguera o camionera, pero no mucho más allá de eso. Si un legado puede reconocérsele, sin embargo, es que de cierta manera parece haber servido como inspiración para el genial videojuego Dead Space.

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