Translate

lunes, 21 de enero de 2013

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, PRIMERA PARTE


EL SEÑOR DE LOS ANILLOS:
LA COMUNIDAD DEL ANILLO

The Lord Of The Rings: The Fellowship Of The Ring

Peter Jackson, 2001

En esta reseña hablaré de la edición extendida de Blu-Ray. Existen tres cortes diferentes de esta película: La edición original para cine (180 minutos), la edición extendida en DVD (208 minutos) y la edición extendida para Blu-Ray (228 minutos). En las ediciones extendidas se incluyen escenas eliminadas del corte original y escenas extendidas.
Frodo Baggins (Elijah Wood), un hobbit de la Comarca, hereda de su tío Bilbo (Ian Holm) un anillo que tiene el poder de hacer a su portador invisible. Poco después, con ayuda del mago Gandalf (Ian McKellen), Frodo descubre que este anillo es en realidad un artefacto de gran poder, forjado por el Señor Oscuro, Sauron (Voz de Alan Howard). Ahora que el anillo ha sido encontrado, Sauron buscará recuperarlo por todos los medios para poder sumir a la Tierra Media en una era de oscuridad bajo su dominio. Para impedir esto, un consejo de representantes de las distintas razas de la Tierra Media conforma la Comunidad del Anillo, cuya misión será destruir tan terrible objeto en el fuego del Monte del Destino, donde fue forjado.
    La primera entrega de la Trilogía es una sorprendente aventura con un ritmo impecable, a pesar de su extensa duración y de algunas escenas que son demasiado narrativas. Empero, algo que sí debe notarse es que esta película no necesariamente atrae a todo el mundo; como algunas personas que conozco, si después de la primera media hora no te ha cautivado o te desesperas por el montón de nombres complicados que se han mencionado ya, lo mejor es dejarla por la paz porque después se pone peor.

    El detallista guión de Jackson et al  da como resultado una cinta que es una recreación casi literal del texto original de J.R.R. Tolkien, pero que pone énfasis en el hilo conductor de la historia, resumiéndola, y deja de lado muchos pasajes tangenciales o poco importantes para la historia central (alabado sean los dioses, el ridículo y cursi capítulo de Tom Bombadil quedó fuera).
    En cuanto a la edición extendida, cabe señalar que fue pensada exclusivamente para el consumo casero; sin embargo, en algunos países se proyectó en cines cuando se estrenó la tercera parte. Al no haber restricciones de tiempo, la edición extendida está diseñada pensando en que su visionado puede dividirse en varias sesiones.
    En general, las escenas reinsertadas y extendidas de esta entrega son más de corte explicativo y muchas de ellas son pasajes del libro que hacen la adaptación aún más fiel al original, pero que tuvieron que ser excluidas del corte final por cuestiones de tiempo.
    Las actuaciones de casi todos los involucrados son excelentes, destacan sobre todo las interpretaciones de Ian McKellen, Ian Holm y Viggo Mortensen. Decir los parlamentos tan extraños que dice Gandalf y sonar convincente no es una tarea sencilla. En este rubro, sin embargo, siento que me quedan a deber Elijah Wood quien se siente inseguro en su papel durante toda la primera mitad de la película y Liv Tyler (quien interpreta a la elfa Arwen) con su eterna cara de malestar estomacal y su pronunciación tan campechana del kwenya.

    Las distintas tomas en esta cinta están pensadas para crear atmósferas y, en general, lo logran. No son sólo un súper anuncio turístico de Nueza Zelanda, sino que realmente lograr introducir al espectador en un mundo diferente y, dentro de este mundo, en cada una de sus variadas regiones. Así, gracias a tomas propositivas y cuidadosas y a otros tantos elementos como el diseño y la música, uno puede sentirse relajado y apacible en la Comarca, enervado en los bosques de Lothlórien y hasta podría uno jurar que percibe el hedor a muerte en los sombríos salones de Khazad Dum.
    En el aspecto musical tenemos un soundtrack poderoso y épico de inspiración wagneriana obra del compositor Howard Shore, quien ya había dado muestras de su talento con el angustioso y grandilocuente score de La mosca (Cronenberg, 1986) y la excéntrica y conmovedora partitura para Ed Wood (Burton, 1994). En este caso, Shore presenta todo un abanico de leit motivs que, junto con los elementos ya mencionados y por mencionar, construyen atmósferas únicas. El tema del puente de Khazad Dum, identificado universalmente como “Tema del Señor de los Anillos”, es tan reconocible como otras partituras del cine de la talla del “tema de El padrino” o la “Marcha Imperial” de Star Wars. 
    En el apartado musical también es memorable el “tema de amor” Aníron y el tema May It Be, compuestos en kwenya e interpretados por la reaparecida cantante de New Age, Enya.

    En esta cinta encontramos un diseño de producción fastuoso y vasto. No hay un solo elemento, ya sea utilería, vestuario o escenografía, que no parezca haber sido creado exclusivamente para la película. Cada artefacto y cada mueble dan al espectador una sensación contradictoria de familiaridad por conocer su función; pero de extrañeza al mismo tiempo, por no reconocer su forma precisa.
    Los personajes que, desde que vi esta cinta por primera vez, me han impresionado han sido los Nâzgul. Estos jinetes esclavos de Sauron alguna vez fueron reyes humanos y ahora, seducidos por el poder del Anillo Único, son meros esbirros sin voluntad. Pero más allá de la concepción trágica de estos personajes, su diseño es realmente espectacular. Desde el vestuario que utilizan, el cómo se mueven e incluso el escalofriante chillido que emiten al lanzarse al ataque, todo en ellos es sobrecogedor.
    Saben que no podía terminar el artículo sin decirlo: Aun con toda su tecnología de punta y su cuidado diseño de producción, los realizadores de esta cinta recurrieron a varios trucos que son tan viejos como el cine mismo para lograr los efectos que deseaban. Específicamente me refiero al uso de dobles de baja estatura, siempre de espaldas, en los planos generales para que pareciera que los Hobbits y los enanos sí eran de una menor estatura que el resto de los actores. Sin embargo, este truco, junto con el de la Perspectiva Forzada (colocar un objeto o actor más cerca de la cámara y otro más lejos, de forma que éste se vea más pequeño que aquél) en general son bastante evidentes en pantalla.

    Las tres grandes fallas que yo encuentro en esta película (nótese que, como ha resultado evidente, soy un fan acérrimo) son las siguientes:
1.- A pesar de seguir el esquema del héroe épico clásico (según Joseph Campbell), para mucha gente es en realidad difícil sentirse identificada con Frodo. Ya no digamos que en verdad, he conocido personas a las que el concepto no les pareció atractivo en absoluto.
2.- La duración de la película puede ser un impedimento para que gran parte del público la disfrute. Aun en su versión más corta, estamos hablando de aplastarse casi tres horas frente a la pantalla.
3.- El final es poco concluyente. Aunque se conserva el mismo final que en el libro, éste es poco concluyente. Después de tres horas de película, en realidad puede resultar un poco anticlimático; conocidos y familiares míos se sintieron timados porque la película “no tenía final” (esto puede tener más que ver con su desconocimiento de la obra que con una verdadera falla inherente a la cinta).
PARA LA TRIVIA: El escalofriante chillido de los Nâzgul, Espectros del Anillo, fue creado por los ingenieros de sonido de los estudios a partir de la grabación de un grito de emoción de Fran Walsh, esposa de Peter Jackson.


1 comentario:

  1. Me encantó el dato de la trivia, jamás me lo hubiera imaginado, de verdad que debe ser muy gracioso hacer ese tipo de cosas, yo vi en las películas online de HBO la de Las Dos Torres y creo que es la mejor película de las tres, es muy buena la escena de guerra final y los Ents.

    ResponderBorrar